jueves, 24 de julio de 2008

Recorrido por el archipiélago de Turku

De las excursiones que pensamos hacer en estas tres semanas en Finlandia el jueves llevamos a cabo la primera: una visita a Turku, la tercera ciudad del país con casi la misma población que Tampere, que es la segunda, y con la que mantiene una gran rivalidad. La primera, obviamente, es la capital, Helsinki. Turku fue la capital durante varios siglos y quizás por eso se toman muy en serio su ciudad. Como se ve en el mapa está al sur del país y es el punto de entrada de numerosos ferrys que vienen desde Suecia, relativamente cerca.Salimos pronto de casa, a las 8:00, y comprobamos que la red de autovías de España es algo a valorar. De los 150 kilómetros que separan ambas ciudades solo tuvimos autovía los primeros 25 al salir de Tampere y unos 20 antes de Turku. El resto es una carretera normal, aceptable, con la ventaja de que el tráfico no es excesivo y los camiones se cuentan con los dedos de la mano. Por tanto, se viaja con cierta comodidad, pero no como en autovía. También llama la atención que no se pasa ni por pueblos ni por ciudades y eso también ayuda. La velocidad máxima es también 120 y en general se conduce más despacio que en España aunque algún anormal también hay.
La mayor parte del día lo dedicamos a recorrer las principales islas del archipiélago de Turku, a las que es más fácil acceder. Es un lío de islas impresionante y nosotros hicimos un primer círculo ya que las Aland están prácticamente en Suecia.En total son varios miles y están declaradas parque nacional. Hay tantas y a veces están tan pegadas que se comunican por puentes; otras veces hay unos cientos de metros y existen ferrys que se dedican a ir y venir, por lo que tienes que esperar unos minutos. Hicimos el Archipielago Trail, un recorrido circular, casi sin saberlo al principio. Había bastantes turistas, numerosas autocaravanas, pandillas de moteros con Harleys y muchos ciclistas haciendo el mismo recorrido que nosotros. A veces la distancia entre las islas es mayor y el recorrido durante un rato, hasta de 35 minutos, pero en todos los casos, salvo en uno, el servicio es gratuito y eficaz. Suponemos que para subvencionar a las personas que viven allí. El día nos deparó imágenes idílicas como éstas
Empezamos en Parga, seguimos por Nauvo, Korpo, Houstskar hasta Mossala. Aquí el servicio se interrumpe ya que hay una cierta distancia hasta Inio. Sin embargo, una empresa privada ha puesto un ferry durante cuatro meses en primavera y verano para que se pueda completar el recorrido circular. Este es el que hay que pagar, 25 euros los dos y el coche. Desde esta última isla seguimos hasta Kustavi para despuès volver al continente y por una carretera costera regresar a Turku. Ana dice que fueron nueve ferrys, pero con toda seguridad disfrutamos de un empacho de mar y vistas impresionantes. Fue bárbaro. En la siguiente foto está Ana apoyada en una lancha de salvamento que pone Turku-Abö, que en realidad es lo mismo. Viven una esquizofrenia idiomática muy curiosa ya que es una zona en la que se habla por igual finés y sueco que, por lo visto (no porque lo hayamos constatado, que todo nos suena igual de extraño) no tienen nada que ver. En resumen, todos los nombres los ponen en los dos idiomas, con lo cual los carteles son un verdadero lío toponímico.Contábamos con darnos un rato de relajo y bañarnos al mediodía, pero no hubo tiempo porque había que estar al loro de los horarios ya que algún ferry terminaba a las seis y podíamos quedarnos varados en una islita (que a lo mejor había estado bien). Antes de llegar allí no teníamos claro el recorrido y una vez liados con el encadenamiento de los ferrys no hubo nada que hacer, pero fue estupendo, un lujo para la vista y los sentidos. En una de las esperas, aprovechamos para tomar algo pues aunque están muy poco pobladas, siempre aparece algún bareto para matar el gusanillo.
A media tarde recalamos en Turku. La ciudad más antigua de Finlandia es agradable, pero tiene escasos vestigios de su dilatada historia que data del siglo XIII. Las guías dicen de Turku que es la única ciudad finlandesa con características de la Europa Occidental, pues todas las ciudades medievales europeas tienen cuatro cosas en común: un río para el transporte, una catedral para el poder religioso, un castillo que representa el poder secular y, por último pero no por ello menos importante, una plaza de mercado para las transacciones comerciales. Localizamos las cuatro cosas. La catedral, del siglo XIII, con un exterior interesante pero menos el interior, un poco demasiado austero . Lo han recubierto de un enfoscado gris y es muy oscura. Tampoco tiene retablos ni imágenes, pero había cientos de visitantes. Desde aquí fuimos andando por la vera del paseo fluvial hasta el castillo; sabíamos que había distancia, pero menos de la que al final resultó para un edificio del que quizás podíamos haber prescindido. También vimos, ya de recogida, la plaza del Mercado.Eso sí, el paseo estaba animadísimo, lleno de gente, con algún mercadillo, puestos de comida y actuaciones musicales. En el extremo final están instalados en el río Aurajoki algunos barcos, sin duda venidos a menos, que albergan restaurantes y similares. Había mucha gente por todos los lados y personas tomando el sol en los jardines; el invierno aquí es muy duro y cuando el tiempo lo permite intentan recuperar las carencias de los largos meses de frío y oscuridad.
Así que después de un día tan completito compramos para cenar guisantes naturales, que hubo que desenvainar, frambuesas y fresas, que te ofrecen en multitud de puestos callejeros en todos las ciudades, y llegamos a Tampere a las diez de la noche, todavía con sol .

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Di la verdad, cuanto tiempo estuviste pensando para poner lo de: "Esquizofrenia idiomática"?
Cada día te superas más ;)
Bikos (en Vigo por fin ha dejado de llover)

Unknown dijo...

Es un lujo poder seguiros en vuestro viaje. Nos recuerda que todavía existen sitios preciosos y sin excesiva gente (no se ve mucha en vuestras fotos).
Besos