martes, 22 de julio de 2008

Pasados por agua en Ahonen House

Viajar con Ryanair es barato, de lo más asequible que hay, pero tiene sus contrapartidas. Sea por casualidad o por una política de ahorro de la empresa, aterrizan y despegan a lo bruto. Lo del despegue se nota, pero el aterrizaje llega a acojonar. Nos pasó el domingo al llegar a Stansted y se repitió en Tampere. No puede ser casualidad. Salvando este incidentillo (en el instante crucial diría otra cosa) el viaje de Vigo a Tampere fue perfecto. Puntualidad, un desayuno inglés en el aeropuerto londinense como comida y llegada a Tampere a las once de la noche de ellos, una menos nuestra, con una puesta de sol fucsia de cuento. La terminal, por lo demás, también nos llamó la atención: a su lado Peinador puede considerarse un Barajas bis. Todo mínimo, casi una estación de bus de pueblo, y como ejemplo la recogida de equipajes; por primera vez vimos una cinta de ridículo tamanho y lineal. Por tanto, al acabar los escasos ocho o diez metros de recorrido las maletas no recogidas aterrizaban en el suelo, donde se amontonaban al momento. Bueno, unas almas caritativas las iban retirando pues sino el proceso se detenía. Un taxi (en ese momento el único) nos llevó a nuestra casa previa consulta con el GPS y 32 euritos de cargo. Al llegar nos preguntó si nos estaban esperando y se hacía el remolón para ver quienes eran los anfitriones de unos guiris que iban a un barrio tan remoto. El que nos estaba esperando ansioso era EPPU, el gato. Ni cortos ni perezosos, saludamos al gato por su nombre y nos cruzamos de brazos hasta que se marchó; no queríamos que viera como buscábamos las llaves de la casa entre la flores de un tiesto. Es algo personal y podía incluso mosquearle; tampoco íbamos a explicarle que era una intercambio de viviendas. La gente llega a entender que intercambies a tu pareja, pero tu casa..... Además, los momentos previos a tu casa de intercambio son especiales. Hace meses que has llegado al acuerdo, la has visto en fotos y hasta por Google Earth, y ahora estás en la puerta de tu vivienda de vacaciones por varias semanas. Esta vez la llave apareció a la primera y funcionó, lo que no siempre pasa. La dificultad llegó, sorprendentemente, con los interruptores de la luz. No estaban donde para nosotros deben estar y, una vez localizados, están a punhados. Un lío. Con un esfuerzo suplementario fuimos descubriendo las habitaciones, abriendo y cerrando puertas, localizando la sauna...
Es una casa finlandesa típica, amplia, con un salón semiunido a la cocina, que es grande, pocos muebles, muchos sofás, madera en el suelo cubierta con muchas alfombras donde hay que caminar descalzo o en zapatillas. Cómoda, confortable y sencilla. Eso sí, con unos detalles superhorteras que seguro corresponden a la duenha. Florecitas, gatitos, dibujitos, todo un primor. Hasta un gnomo en el jardin! También tienen esculturas y enanitos, cuadros con florecitas, pájaros suspendidos del techo..... Estos gatitos están en un estante de la cocina y cosas parecidas ciscadas por toda la casa. Además de la lluvia, hoy estamos a 14,3 grados en estos momentos y son las 15,30 horas. El pronóstico dice que el tiempo mejorará en los próximos días. Esperemos que sea así. En tal caso, queremos llevar la canoa de seis metros que tienen a un lago para ver si nos apanhamos. También queremos probar la sauna y darnos paseos con las bicis, pues hay carril por todos los sitios. Ya contaremos. Este es otro detalle kisch del jardin.
Hablando de gatos, ya comentamos que en la puerta nos esperaba Eppu, algo así como la estrella del firmamento de los Ahonen. Ya nos advirtieron que tenía libertad de movimientos y reserva de comida para un anho. Hasta ahora, no ha pasado una noche en casa aunque luego llega agotadito por la manhana, come y duerme todo el día. Lo comprobamos en seguida cuando hizo un amago de dormir en nuestra cama, algo que por decoro no le permitimos. Por la mananha repitió la jugada: sentí a Ana fuchicar en la cocina y al momento noté movimientos a mi lado: con toda confianza paseaba por encima de la cama. Por métodos que no vamos a poner por escrito hemos logrado que respete nuestra habitación.
Un poco por encima es lo que hemos hecho hasta ahora. Ayer nos fuimos andando a Tampere (algo más de cinco kilómetros en línea recta, aunque nosotros elegimos la linea quebrada y regreso en bus (aviso a Vitrasa, 2 euros el billete ordinario!). Da la impresión de que la vida está algo más cara, a juzgar por los precios de hoteles, el gasóleo (1,45) y el supermercado.
También estuvimos en un centro comercial a lo yanki, extendido y sin alturas, con un amplio párking, pero en estos tiempos globales todo es conocido o previsible. Mucha comida preparada, infinidad de modelos de pan, sección de repostería amplísima (como en casa de los Ahonnen) y pocos pescados (salmón, arenques, etc). Aquí está nuestra primera compra, en la que aparece una botella de vino que luego no hemos conseguido encontrar.

La lluvia nos acompanha desde que llegamos y hemos estado preparando nuestra excursión a Laponia (recorrido de 2.000 kilómetros, tres días, dos noches de hotel) y otra a Hensilki (dos días, una de hotel). Para irnos tenemos que avisar al hijo de los duenhos a fin de que atienda al figura de Epu. Bien saben ellos que no les echa de menos en absoluto; se entrega a nuestros brazos (más bien a los de Ana, yo aún no he tenido tiempo) como si fuéramos los de siempre....
Como tenemos Internet la cosa es asequible y también estamos al tanto de lo que ocurre por Galicia y Espanha. De aquí, gracias que el inglés es prácticamente una lengua oficial, pues el finés semeja tener orígenes vascos. Es ininteligible y ni por aproximación interpretas de que va; como muestra, el cartelito donde se hizo la foto Ana.
Bueno, pues por hoy nada más que nos vamos a Nokia, sí la misma de los móviles que está muy cerquita.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la segunda vez que intento escribiros sin conseguirlo.
Despues de tantas peripecias ya estais ahi disfrutando y con un programa muy amplio, seguire leyendo lo que publiqueis.
Por aqui sin novedad,las obras acabadas y terminando de recoger en casa de mama, aunque ya llevamos varios dias en casa.
Pasarlo bien. un abrazo Pedro

Anónimo dijo...

Yo quiero un gnomo de esos!!! Mamá tú traetelo que se lo cambiamos a quien tu ya sabes por los suyos del jardín ;)...

Papá estás mejorando, el castellano antiguo va pareciendo un poco más moderno ^^.

Bikos!

Milena dijo...

El gato es precioso! menos mal que es tranquilito...a mí más que el gnomo me ha impactado la escultura del oso con el osezno, qué cosa más horrorosa.
Tampere parece muy bonito, me gustan mucho las fotos así tan verde todo.
Qué idioma más marciano el finés, no?, pués en Plasencia en Agosto tocamos con un grupo finés muy conocido, qué casualidad, se llaman Vártina.
Qué pasó con la botella de vino?
Besos, me está gustando mucho leer el blog.

Javier dijo...

Un consejo para las eñes. Para ponerlas podéis marcar el siguiente código:
Alt presionado y luego teclear en el bloque numérico 164 (ñ) o 165 (Ñ). Al soltar la tecla Alt, ya tenéis puesta la letra.
Así se suple la carencia de no tener teclado español.
Buena estancia.

Anónimo dijo...

Qué facilito lo de las eñes de Javi, vamos yo creo que entre eso y acariciar al gato vas a tener cubierto tu tiempo de ocio en tus vacaciones Juanma.

Curiosidades: donde estaban los interruptores?? y el vino?? qué le hicisteis al gato para que no entrara en el cuarto??

Estáis monísimos en las fotos, espero más noticias que me alegráis las tardes Tragsa. Un besazo. Esther

Ana y Juanma dijo...

Bueno, pues de la botella, ni rastro,se la bebería el minino que todas las noches se larga y por la mañana vuelve hecho una penita... Los interruptores estaban en sitios raros y todavía tenemos dificultades. Lo de la sauna, una gozada pues al salir hay un gran baño con dos duchas, todo muy amplio, para refrescarse. Está muy bien.
Bkos